sábado, 5 de septiembre de 2015

Curry de Boniatos (vegano)

Hola saboríos!

Hoy os quiero traer una receta totalmente apta para veganos, sabrosa, con mucha verdura y relativamente fácil de preparar. ¿Lo más difícil de la receta? Reunir todos los ingredientes. Y tampoco es tan difícil. Si tenéis a vuestra disposición cualquier supermercado o ultramarinos asiático los podéis encontrar. Realmente merece la pena y es una oportunidad estupenda para sorprender a vuestros invitados y quedar como un rey (o una reina).

Pero antes de pasar a la receta, vamos a hablar un poco de éste maravilloso y delicioso tubérculo: el boniato - también llamado batata, camote, papa dulce o kumara.


¿Cómo se come el boniato?


  • El boniato se tiene que comer siempre cocido, pues es muy difícil de digerir si se ingiere crudo.
  • Con el boniato podemos preparar sopas, asados, cremas, fritos, compotas, mermeladas o puré.
  • Su manera más cremosa y dulce es cocinado al horno o en brasa.
  • En algunos restaurantes "gourmet" podemos empezar a encontrar ya chips de boniato. Es decir, patatas fritas, pero de boniato. En Estados Unidos es una guarnición bastante común.
  • Combina muy bien con dulces como canela, miel, fruta seca, coco (como por ejemplo, la leche de coco en este curry).
  • En algunos países, las hojas tiernas de la planta se consumen como si fueran espinacas.


Mas información sobre el boniato:

El boniato es un vegetal rico en carbohidratos. Es una excelente fuente de energía, nutritiva y de fácil digestión.

Al igual que la patata, es rico en azúcares naturales (24%). Se puede combinar dentro de toda dieta equilibrada y es ideal para deportistas. Sin embargo, se debe moderar en dietas para la diabetes.

Aún así, y como la naturaleza es bien sabia, el boniato es una fuente de fibra natural. La fibra que podemos encontrar en el boniato es del tipo pectina, que proporciona una textura suave al alimento y ralentiza la digestión de los azúcares, evitando grandes subidas de azúcar (hiperglucemias).

Como la zanahoria, el boniato destaca por su gran aporte de betacarotenos (provitamina A), que contribuyen a mantener la piel sana y a mantener el sistema cardiovascular sano. El boniato nos aporta también ácido fólico, muy importante en las primeras etapas de embarazo.

Las personas con piedras en el riñón o osteoporosis deben evitar este tubérculo, pues contiene oxalatos que impiden la correcta absorción del calcio en la dieta.



Dificultad: Fácil
Duración: 50 minutos
Ingredientes (4 raciones):


  • 1 cebolla roja mediana o grande
  • 1 diente de ajo
  • Jengibre fresco (tamaño de un dedal)
  • 200 gr de calabaza pelada
  • 100 gr de pimiento morrón o 150gr de pimientos de padrón
  • 100gr de tomate cherry
  • 300gr de boniato
  • 2 cucharadas de aceite de oliva
  • 1 cda. de pasta de tomate (concentrado)
  • 1 cdita. curry en polvo
  • 1cda. pasta de curry rojo
  • 1 lata de leche de coco
  • 20gr de menta
  • 20gr de albahaca
  • 80 gr de anacardos (yo puse pipas de calabaza)
  • 80gr de tirabeques (yo puse judía redonda)
  • 1 lima o 4 cucharadas soperas de concentrado de tamarindo
  • 1 cucharada de salsa de pescado
  • Sal y pimienta
  • Copos de guindilla

Elaboración:

1- Cortamos la cebolla en dados finos. Pelamos y picamos el jengibre y el ajo muy muy finamente. Si no sabemos cortarlo muy pequeño, lo podemos triturar. Cortamos la calabaza y el pimiento en trozos. Si usáis pimientos de padrón podéis partirlos por la mitad verticalmente. Pelamos los boniatos y los cortamos también en trozos, igual que la calabaza. Partimos los tomates cherry por la mitad.

2- Calentamos el aceite de oliva a fuego medio. Salteamos la cebolla, el ajo y el jengibre durante 4 o 5 minutos, o hasta que la cebolla quede traslúcida. Luego, añadimos los trozos de boniato, la calabaza y los pimientos. Salteamos durante 2 o 3 minutos. Agregamos la pasta de tomate, el curry en polvo y la pasta de curry. Sazonamos al gusto con sal, pimienta y copos de guindilla. Seguimos salteando durante unos 3 o 4 minutos, para que la pasta de curry suelte todo el aceite.



3-Añadimos la leche de coco a la sartén y removemos bien. Hervimos, y reducimos el fuego lo justo para que se quede hirviendo. Si vemos que la leche de coca no tapa los cachos, podemos agregar 1 vaso de agua.  No os preocupéis, como tenemos que dejarlo hervir unos 15-20 minutos el agua se evaporará y volverá a quedar espeso. Si no añadís agua, os recomiendo tapar y vigilarlo MUCHO. Yo siempre añado agua. En la foto que veis abajo, por ejemplo, ya habían transcurrido los 15 minutos.


4- Picamos la menta (o hierbabuena) y la albahaca fresca.
5- Añadimos los anacardos, los tomates cherry y los tirabeques a la sartén. Mezclamos todo bien.


6- Exprimimos la lima, o añadimos el concentrado de tamarindo. Añadimos también la cucharada de salsa de pescado y las hierbas. Removemos con cuidado durante 30 segundos y servimos inmediatamente con arroz o cualquier otro acompañamiento de vuestra selección. En mi caso, lo serví con arroz salvaje.

Espero que os guste, ya me contaréis que tal!





jueves, 30 de julio de 2015

La importancia de comer bien

Hola saboríos'!

En esta publicación no vais a encontrar ninguna receta, ni tampoco calculadoras de puntos, ni alimentos de los cuales abusar para satisfacer nuestra gula. Y es que esta publicación la quiero dedicar a algo que tenemos, en general, muy olvidado: la salud.

Hace ya un par de años que empecé a utilizar esta dieta (puntos). La verdad es que la utilicé solo durante unos meses, pero me encantó el hecho de poder comer según que cosas a saciedad y contar solamente una determinada cantidad de puntos. Al principio perdí un par de quilos... pero después me estanqué y no conseguí bajar más.

Imagino que muchos de vosotros os sentiréis identificados conmigo  en cuanto a la dificultad para perder peso... y también con ese sentimiento tan bueno que da el hecho de estar a dieta sabiendo que puedes comer de todo. Y es que, señoras y señores, no estamos haciendo las cosas como se tienen que hacer.

Este párrafo seguramente os suene a algo que ya hayáis leído miles de veces en Internet, pero me interesa que entendáis el por qué. No hay dieta que funcione mejor que la dieta en la que se come sano. Todas estas míticas dietas, bien conocidas por todos nosotros, dónde se "prohíbe" comer una serie de alimentos (por ejemplo, hidratos de carbono), dietas dónde se consume exclusivamente una sopa hecha con verduras, o dietas que prometen bajar de peso drásticamente, son más bien anti-dietas. Las llamo anti-dietas, no porque no vayamos a bajar de peso si las hacemos, sino porque perjudican al funcionamiento de nuestro organismo, a su capacidad de asimilar alimentos, de mantener el metabolismo alto, afecta también a la cantidad de músculo que tiene nuestro organismo (el cual consume más calorías que, por ejemplo, la grasa) y, sobretodo, nos enseña y acostumbra a comer mal, y distorsionan más (si cabe) nuestra idea de lo que realmente es una dieta saludable.

Cuando tenía 15 años, pesaba 105 kg. Un día, una señora mayor hizo un comentario sobre el tamaño de mi trasero, la cual cosa me afectó tanto que empecé una dieta muy agresiva dónde comía poco más que fruta, yogures desnatados, y lo que me obligaba mi madre. Bajé unos 30kg en un verano. La vuelta al cole fue triunfal y todo el mundo alababa lo delgado que me había quedado. Fue ahí dónde empezó mi "obesisón", por llamarlo de alguna manera, con la alimentación. Busqué y rebusqué por Internet muchísima información sobre nutrición, leí páginas sobre si la leche de vaca es buena o no, sobre el consumo de azúcar, la cantidad recomendada de sal, las grasas hidrogenadas, etc, etc, etc.

Dentro de mi cabeza, yo creía que sabía comer y más importante aún, que mi dieta era bastante sana. Después de tirar la toalla con las dietas y no conseguir bajar los 7kg que me sobraban decidí visitar a un nutricionista para asegurarme de qué, efectivamente, mi dieta era correcta y que el hecho de que no perdiera peso estaba relacionado con el mal funcionamiento de alguna parte de mi cuerpo, como podría ser la tiroides .

Nada más lejos de la realidad. Mi dieta ha cambiado drásticamente. No estaba llevando una dieta saludable. No comía todo lo que mi cuerpo necesitaba, y estaba dándole energía de fuentes en las que es mejor ni acercarse, como por ejemplo, el azúcar. Ahora estoy comiendo más que nunca. Un tapper ya no es suficiente para llevar al trabajo toda la comida que mi cuerpo necesita. No he vuelto a pasar hambre y, lo mejor de todo, he bajado ya 2kg.

Con este post os quiero animar a todas estas personas que estáis peleándoos con vuestro cuerpo y vuestro peso, y que os levantáis cada día insatisfechos con como os veis frente al espejo, a visitar a un nutricionista para que os haga una dieta personalizada. Creédme, serán vuestros 40, 50 o 60€ mejor invertidos de vuestra vida. La información que hay por Internet no es suficiente para comer sano. Yo también creía que sabía diferenciar artículos que cuentan verdades de los que no. Pero no es así. Las industrias mismas se encargan de publicar información falsa para engañarnos. Las cajas de lo que compramos en los supermercados están llenos de mentiras. Nos meten grasas saturadas y azúcares en sitios que ni os imagináis.

Un nutricionista no es alguien lejano, ni difícil de encontrar, ni solo para casos extremos. Así como el que sufre depresión debería visitar un psicólogo, el que se pelea con su cuerpo y su dieta debería  visitar a un nutricionista y, a ser posible, antes de que se destruya nuestro templo de salud.

A  los que habéis llegado hasta aquí, enhorabuena. Parece que realmente os interesa vuestra salud. Ahora solo me queda recomendaros la nutricionista a la que yo fui. No, no tengo comisión. Ni tampoco me va a regalar ninguna sesión. Tampoco es la única nutricionista que hay en Palma de Mallorca (donde yo vivo). Simplemente es la que a mi se me recomendó y la que a mi me está funcionando. Dispone, también, de sesiones por Skype para la gente que no esté en la isla. Se llama Lucía y la podéis encontrar aquí: http://www.centronutricionpalma.com/ 


Para los que os de algo de miedo o reparo hablar con un nutricionista, os cuento como será vuestra primera sesión. La nutricionista se sentará con vosotros y os pedirá que vayáis recorriendo los alimentos que consumís a lo largo del día. Os hará muchas preguntas a las que, lógicamente, deberéis contestar con total sinceridad. Después de esto, que dura unos 30-40 minutos, os hará preguntas sobre vuestras preferencias en la alimentación y, posteriormente (en otra sesión) os entregará una dieta totalmente personalizada con las cosas que os gusta comer, y las cosas que lo complementan para hacerlo una dieta sana. Realmente no necesitáis más de 2 o 3 visitas para tener vuestra dieta adaptada a vosotros. Ir a un nutricionista no va a suponer un gasto de 40€ semanales durante toda la vida. Es más, podéis hacer incluso una sesión cada mes, o así como os convenga. Os animo a todos los que habéis llegado hasta aquí a contactar con algún nutricionista para poder conseguir el cuerpo que todos deseamos a costa de unos euros y no de nuestra propia salud.

Un saludo a todos y gracias por leerme!


miércoles, 21 de enero de 2015

Receta de pan (dulce y salado) fácil, sabrosa y sin leudar! (unos 60 pp por pan).

Hola gente!

Hace mucho que no escribo por aquí, porque estoy hasta arriba de trabajo y obligaciones. Esta receta de pan que os traigo hoy os va a encantar porque es muy fácil y deliciosa! El pan que sale es parecido al pan payés, o pan mallorquín.

Sin embargo, en esta ocasión, he decidido darle un toquecito dulce para comer acompañado de mantequilla y mermelada por la mañana. Tenéis que probarlo, ¡¡es espectacular!!




Dificultad: Muy fácil
Duración: 50 minutos
Ingredientes:

Para el pan normal:
  • 500 gr. de harina de fuerza (50 pp)
  • 20 gramos de levadura fresca (0 pp)
  • 20 gramos de aceite (5 pp)
  • 250ml de agua (0 pp)
  • 1 cucharadita de café de sal (o media si hacemos el pan dulce) (0 pp)
  • 1 bolsa de asar al horno.
Para el pan dulce (el de la foto) añadiremos, además:
  • 2-4 cucharadas soperas de azúcar (según lo dulce que se quiera - lo ideal son 2, o 2 y media) (4-8 pp)
  • 15 orejones cortados a cachitos muy muy pequeños (3 pp)
  • 1 cucharada de azúcar para echar por encima del pan (2 pp)
  • Unos copos de avena para darle un toque más "guay". (0 pp)

Opcional:
20-30 gramos de salvado de trigo/avena para hacerlo algo integral (yo se los puse, y los veréis en la foto)


Elaboración:

Lo primero que vamos a hacer es lavarnos las manos bien a fondo, pues vamos a usarlas para amasar.

Cogemos un bol lo suficientemente grande y hondo para que quepa todo y nos permita mezclar los ingredientes bien. Introducimos el aceite y el agua y lo calentamos 1 min al microondas, para que quede un poco tibio. 








 























Introducimos los 20 gramos de levadura y la derretimos con la mano, hasta que quede totalmente rota. Mirad bien con la mano que no se quede pegada en el cuenco.

Añadimos la harina (no hay foto... ya veis el estado de mis manos, jajaja), la sal (y el azúcar si lo hacemos dulce)  y amasamos durante 3 o 4 minutos, hasta que la masa empiece a no quedarse tan pegada en los dedos como al principio. Añadimos los orejones y seguimos amasando. 

Lo sacamos del cuenco y le damos la forma que queráis. Igualmente, puesto que se hace dentro de una bolsa, al final siempre sale medio redondo.



Con un cuchillo, le hacemos un corte prácticamente invisible en el centro,  y lo cubrimos de azúcar con la ayuda de una cuchara y nuestra mano. CUIDADO: si hacéis el corte muy hondo se os va a partir el pan!


Espolvoreamos la avena.


Y lo metemos dentro de una bolsa de asar, cerrada con el plástico azul que viene.


Lo metemos en el horno durante 35-40 minutos a 210 grados SIN PRECALENTAR. La levadura hará su trabajo mientras se calienta el horno.

Pasado este tiempo lo sacamos e inmediatamente (y con mucho cuidado) lo sacamos de la bolsa y lo dejamos enfriar (para los golosos: basta con 10-15 minutitos!)

Y ya tenemos nuestro pan! Este es perfecto para comer con mantequilla y mermelada por la mañana. Bueno.... ¡qué digo yo! Por la mañana, por la tarde y por la noche!