jueves, 30 de julio de 2015

La importancia de comer bien

Hola saboríos'!

En esta publicación no vais a encontrar ninguna receta, ni tampoco calculadoras de puntos, ni alimentos de los cuales abusar para satisfacer nuestra gula. Y es que esta publicación la quiero dedicar a algo que tenemos, en general, muy olvidado: la salud.

Hace ya un par de años que empecé a utilizar esta dieta (puntos). La verdad es que la utilicé solo durante unos meses, pero me encantó el hecho de poder comer según que cosas a saciedad y contar solamente una determinada cantidad de puntos. Al principio perdí un par de quilos... pero después me estanqué y no conseguí bajar más.

Imagino que muchos de vosotros os sentiréis identificados conmigo  en cuanto a la dificultad para perder peso... y también con ese sentimiento tan bueno que da el hecho de estar a dieta sabiendo que puedes comer de todo. Y es que, señoras y señores, no estamos haciendo las cosas como se tienen que hacer.

Este párrafo seguramente os suene a algo que ya hayáis leído miles de veces en Internet, pero me interesa que entendáis el por qué. No hay dieta que funcione mejor que la dieta en la que se come sano. Todas estas míticas dietas, bien conocidas por todos nosotros, dónde se "prohíbe" comer una serie de alimentos (por ejemplo, hidratos de carbono), dietas dónde se consume exclusivamente una sopa hecha con verduras, o dietas que prometen bajar de peso drásticamente, son más bien anti-dietas. Las llamo anti-dietas, no porque no vayamos a bajar de peso si las hacemos, sino porque perjudican al funcionamiento de nuestro organismo, a su capacidad de asimilar alimentos, de mantener el metabolismo alto, afecta también a la cantidad de músculo que tiene nuestro organismo (el cual consume más calorías que, por ejemplo, la grasa) y, sobretodo, nos enseña y acostumbra a comer mal, y distorsionan más (si cabe) nuestra idea de lo que realmente es una dieta saludable.

Cuando tenía 15 años, pesaba 105 kg. Un día, una señora mayor hizo un comentario sobre el tamaño de mi trasero, la cual cosa me afectó tanto que empecé una dieta muy agresiva dónde comía poco más que fruta, yogures desnatados, y lo que me obligaba mi madre. Bajé unos 30kg en un verano. La vuelta al cole fue triunfal y todo el mundo alababa lo delgado que me había quedado. Fue ahí dónde empezó mi "obesisón", por llamarlo de alguna manera, con la alimentación. Busqué y rebusqué por Internet muchísima información sobre nutrición, leí páginas sobre si la leche de vaca es buena o no, sobre el consumo de azúcar, la cantidad recomendada de sal, las grasas hidrogenadas, etc, etc, etc.

Dentro de mi cabeza, yo creía que sabía comer y más importante aún, que mi dieta era bastante sana. Después de tirar la toalla con las dietas y no conseguir bajar los 7kg que me sobraban decidí visitar a un nutricionista para asegurarme de qué, efectivamente, mi dieta era correcta y que el hecho de que no perdiera peso estaba relacionado con el mal funcionamiento de alguna parte de mi cuerpo, como podría ser la tiroides .

Nada más lejos de la realidad. Mi dieta ha cambiado drásticamente. No estaba llevando una dieta saludable. No comía todo lo que mi cuerpo necesitaba, y estaba dándole energía de fuentes en las que es mejor ni acercarse, como por ejemplo, el azúcar. Ahora estoy comiendo más que nunca. Un tapper ya no es suficiente para llevar al trabajo toda la comida que mi cuerpo necesita. No he vuelto a pasar hambre y, lo mejor de todo, he bajado ya 2kg.

Con este post os quiero animar a todas estas personas que estáis peleándoos con vuestro cuerpo y vuestro peso, y que os levantáis cada día insatisfechos con como os veis frente al espejo, a visitar a un nutricionista para que os haga una dieta personalizada. Creédme, serán vuestros 40, 50 o 60€ mejor invertidos de vuestra vida. La información que hay por Internet no es suficiente para comer sano. Yo también creía que sabía diferenciar artículos que cuentan verdades de los que no. Pero no es así. Las industrias mismas se encargan de publicar información falsa para engañarnos. Las cajas de lo que compramos en los supermercados están llenos de mentiras. Nos meten grasas saturadas y azúcares en sitios que ni os imagináis.

Un nutricionista no es alguien lejano, ni difícil de encontrar, ni solo para casos extremos. Así como el que sufre depresión debería visitar un psicólogo, el que se pelea con su cuerpo y su dieta debería  visitar a un nutricionista y, a ser posible, antes de que se destruya nuestro templo de salud.

A  los que habéis llegado hasta aquí, enhorabuena. Parece que realmente os interesa vuestra salud. Ahora solo me queda recomendaros la nutricionista a la que yo fui. No, no tengo comisión. Ni tampoco me va a regalar ninguna sesión. Tampoco es la única nutricionista que hay en Palma de Mallorca (donde yo vivo). Simplemente es la que a mi se me recomendó y la que a mi me está funcionando. Dispone, también, de sesiones por Skype para la gente que no esté en la isla. Se llama Lucía y la podéis encontrar aquí: http://www.centronutricionpalma.com/ 


Para los que os de algo de miedo o reparo hablar con un nutricionista, os cuento como será vuestra primera sesión. La nutricionista se sentará con vosotros y os pedirá que vayáis recorriendo los alimentos que consumís a lo largo del día. Os hará muchas preguntas a las que, lógicamente, deberéis contestar con total sinceridad. Después de esto, que dura unos 30-40 minutos, os hará preguntas sobre vuestras preferencias en la alimentación y, posteriormente (en otra sesión) os entregará una dieta totalmente personalizada con las cosas que os gusta comer, y las cosas que lo complementan para hacerlo una dieta sana. Realmente no necesitáis más de 2 o 3 visitas para tener vuestra dieta adaptada a vosotros. Ir a un nutricionista no va a suponer un gasto de 40€ semanales durante toda la vida. Es más, podéis hacer incluso una sesión cada mes, o así como os convenga. Os animo a todos los que habéis llegado hasta aquí a contactar con algún nutricionista para poder conseguir el cuerpo que todos deseamos a costa de unos euros y no de nuestra propia salud.

Un saludo a todos y gracias por leerme!


7 comentarios:

  1. Hola Toni! me ha encantado tu post, y sobretodo me encanta el proceso que has hecho de darte cuenta de lo que es importante realmente. Es un placer trabajar con gente como tu :-) Un millón de gracias!!!

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    1. Muchas gracias por tu comentario, Lucia! Y por tu buen trabajo como profesional de la salud! Nos vemos en unas semanas :)

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  2. ¡Me ha encantado el artículo! Sólo un apunte: si alguien no se lo puede permitir y precisa de un acompañamiento durante un largo período de tiempo, también puede dirigirse a su enfermera de cabecera del centro de salud al que esté adscrito (seguridad social, totalmente gratis). Hacen un trabajo similar y, además, controlan niveles en sangre y constantes. Yo recibí acompañamiento quincenal o cada tres semanas (según la fase) durante cinco meses, y luego ya sólo iba a visitas de control rutinario. No sólo adelgacé comiendo sano, en abundancia, y de todo, sino que hasta me hicieron unos análisis extra cuando estaba adelgazando "más de la cuenta". Asimismo, creo que el trabajo mental y la empatía de los profesionales es fundamental. Nadie me ha tratado con mayor cariño y sensatez con respecto a la comida que Da. Elena Malillos, mi enfermera de Menorca. Lo fundamental, como bien dices, es ponerse en manos de profesionales (y no esperar milagros en dos días). ;)

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    1. Muy buena información, Isabel. Gracias por compartirla con nosotros.

      De todas maneras, dudo que una enfermera tenga tanto conocimiento sobre alimentación y nutrición como un profesional que ha estudiado y se dedica exclusivamente a temas de estos. Efectivamente, como dices, lo importante es ponerse en manos de profesionales (más, o menos, pero qué se controle de alguna manera).

      Aun así, es una buena manera de controlar su salud mientras se hace dieta. Lo importante es permanecer sanos.

      Gracias de nuevo por pasarte por aquí!

      Un saludo-

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  3. La formación la tienen porque nutrición está en sus estudios, sin embargo, sí es cierto que luego se especializan (ginecología, urgencias, atención primaria, pediatría, comadronas...) Dentro de las de AP y pediatría, algunas se especializan en nutrición. Yo tuve suerte porque era la mía, pero por lo general, en en todos los CAP hay un profesional médico/enfermero para tabaquismo y otro para alimentación. El problema es que a veces ni lo sabemos, o ese profesional tiene escaso cariz humano para empatizar con los pacientes, cosa que no sucede en una consulta de pago en la que se dispone de mucho más tiempo. Yo realmente creo que adelgazar tiene más que ver con un trabajo de seguimiento que con contar calorías y grasas (que también). Busca en mi blog "Historias de un delantal" la entrada "Dieta para la salud" y verás que es prácticamente lo mismo que lo que tu propones: un cambio de hábitos hacia una alimentación adecuada y equilibrada, que es lo que, en el fondo y de manera personalizada, proponen los nutricionistas.

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  4. Por cierto, he consultado el centro que recomiendas y tiene muy buena pinta. Creo que, si alguien me pide referencias, también lo recomendaré. Me gusta su trabajo multidisciplinar: alimentación + ejercicio + bienestar mental.

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